Se clausura el Encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC), en 1986
Este día, 23 de febrero, en La Habana se clausuraba el ENEC. Un encuentro de reflexión y análisis, donde se trazaron metas y acciones para la Iglesia en estos años tan difíciles, porque sufría persecución, descrédito, humillación, desamparo y amenazas.El ENEC llevó la esperanza a una Iglesia marginada y acechada, hizo despertar las conciencias dormidas, la chispa que encendió poco a poco la apertura. Participaron en este encuentro todos los obispos de Cuba de aquel momento, junto a una representación de sacerdotes, religiosos y laicos.
Encuentro de oración en familia. I Domingo Cuaresma.
1) Motivación:
Comenzamos esta lectura haciendo silencio exterior e interiormente.
Creamos la actitud interior de “escuchar a Dios”.
2) Lectura del texto:
Marcos 1, 12-15. Leemos muy despacio, atentos a este texto.
3) Comentario:
No existen los tiempos ideales. Pueden existir tiempos favorables y momentos ideales, pero no existen los “tiempos” ideales.
Para Jesús llega el tiempo de iniciar su vida pública. Para asumirlo, hace un corte con su cotidianidad:
deja su casa, su trabajo, su mundo social. Se interna en la aridez del desierto. Se enfrenta con el demonio, que por definición es aquel que obstruye el camino, el que se opone a la lógica de Dios mostrando el atractivo de pensar en uno mismo, desinteresarse de los demás, hacer lo que a uno le gusta… Y luego empieza una vida errante, predicando a un pueblo que no era mejor que el nuestro, que no estaba
precisamente apasionado por hacer su vida más dócil a Dios. ¿Eran tiempos ideales? No, eran tiempos duros, pero Jesús tiene muy claro lo que quiere hacer, lo que quiere elegir. No es el tiempo el que marca a Jesús, es Jesús quien marca a su tiempo.
¿Cuál es el tiempo ideal para casarse, tener hijos, cambiar de trabajo, o de ciudad, o de país? ¿Cuál es el tiempo ideal para asumir un compromiso caritativo o social? ¿Cuál es el tiempo ideal para realizar sueños o proyectos metidos en el alma? Pueden existir, repito, tiempos favorables, pero no ideales.
Esto mismo sucede con la fe. No existen los tiempos perfectos para vivir la fe: los días ideales para rezar, para leernos un libro de la Biblia, para asistir a Misa incluso. No existen los tiempos en los que se
hace más fácil o más cómodo ser coherentes con el Evangelio, abrirnos a la caridad y ver al prójimo como a un hermano. Momentos sí, tal vez, pero sólo eso, momentos.
Integrar a Dios en la cotidianidad nos da una vida diferente, pero Dios no se ve, no nos habla al oído, no lo sentimos a nuestro lado ante la necesidad de otro. Y eso sin contar con que vivimos rodeados de reclamos, ocupaciones, preocupaciones, imprevistos…, y el día en que amanecemos sin nada de esto, ese día nos duele la cabeza o nos falla el ánimo.
En realidad, sólo nosotros podemos ser los tiempos ideales, cuando decidimos proteger lo que amamos y organizar nuestra vida de tal modo que todo lo que nos tira se ubique para dejar espacio a lo que consideramos importante.
La Cuaresma es un tiempo en el que se nos vuelve a hacer una pregunta: ¿es Dios quien marca tu cotidianidad, o es alguien que, poco más, poco menos, se asoma de tanto en tanto a tu cotidianidad? Porque esto no depende de “los tiempos”. Nosotros somos los tiempos.
4) Aplicación a nuestra vida.
Volvemos a leer el texto y dejamos que la Palabra de Dios nos cuestione, y compartimos juntos:
1. La fe no es algo abstracto sino algo que se vive en la cotidianidad y que se muestra en el diálogo diario con Dios y en el contar con Dios en la toma de decisiones. Si tuvieras que mostrar la presencia de Dios en tu cotidianidad, ¿cómo lo harías?
2. En este momento, ¿estás suficientemente conforme con tu vida de fe, o no estás del todo satisfecho con el modo en que vives tu relación con Dios? En este último caso, ¿qué sientes que te falta? ¿Qué puedes hacer para empezar a caminar hacia lo que quieres?
3. Tú eres tu tiempo ideal, tú decides cuánto quieres proteger lo que amas, tú decides cómo organizar tu vida para que lo que te importa tenga espacio. ¿Necesita tu familia que organices mejor lo que tira de ti para que ella pueda tenerte más? ¿Cómo?
5) Conclusión.
Dios puede hacerse presente de muchos modos en la cotidianidad de una familia y, de hecho, es muy posible que cada familia viva esa experiencia de modo incluso automático. Por eso, como familia, tomamos
conciencia de un modo en el que Dios se hace presente en nuestra cotidianidad, para vivirlo esta semana con mayor conciencia.
Una vez hecho esto, tomados de la mano, rezarán un Padre Nuestro y un Ave María.
Al finalizar, harán la señal de la cruz mientras uno, en nombre de todos, dice: “Que nos bendiga Dios Todopoderoso, Padre, Hijo, y Espíritu Santo”. Amén.
El diaconado permanente en la Iglesia Latina.El diaconado y los Padres Apostólicos
Retiro Espiritual de Obispos, presbíteros y diáconos.
Por: Diác. Miguel Ángel Ortiz Corrales.
En el siglo I la primera carta de San Clemente de Roma a los Corintios hace mención al hecho de que los obispos y los diáconos tienen una función espiritual en la comunidad.
En la grandeza de la misión infantil, el corazón de la Iglesia crece
- Así comenzó la Infancia Misionera en Cuba -
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Por medio de una revista de la Infancia Misionera llamada “Brujulita” de Venezuela, un laico es inspirado por el espíritu Santo a formar niños misioneros.Esto sucede a finales del año 1991.
De inmediato le presenta la inquietud a Monseñor Adolfo Rodríguez, Obispo de Camagüey en esa época. La inquietud fue aprobada y de inmediato forma un primer grupo con cinco niños en febrero de 1992 en la parroquia de Santa Ana en Camagüey.
Cátedra de San Pedro
El Señor le dijo a Pedro: “…tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia…” (Mt 16, 18). Claramente nos damos cuenta que Jesús quiere funda su Iglesia, una sola; que quiere que sea un edificio construido sobre la piedra, sobre la roca firme; y que esté fundada sobre Pedro.
Familia: la paz contigo
Por Edelmiro Nápoles
En nuestro análisis del acrónimo propuesto mapa,reflexionemos hoy sobre lo que nos dice el grafema p: paz. Encontramos en textos que es ausencia de tensiones, de discordias, de guerra, de odio, de ofensas…, en verdad estos vocablos deben estar eliminados de toda vida matrimonial y, por extensión, de toda familia. Pero preguntémonos en qué matrimonio, familia, no se ha alterado la paz. Como dice la Palabra «el que esté libre de pecado que tire la primera piedra» (Jn 3,7). Lógico, hay excepciones. Pero si actuamos con misericordia y amor, tener e irradiar paz no será tan difícil. Todo está en proponérnoslo. Cfr. Colosenses 3,1-17.
Santos Francisco y Jacinta Martos
Estos son dos niños, quienes junto a su prima Lucía, fueron los pastorcitos videntes de la Virgen de Fátima, en la Cova de Iría en Portugal, entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917. Como les sucedió a otros videntes, ellos sintieron su corazón henchido de amor por Dios y por la humanidad, disponiéndose a ofrecer sus sufrimientos para rescate de los pecadores.