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Oración de Santa Faustina

“Ayúdame, Señor, para que mis ojos sean misericordiosos,para que a
nadie juzgue según su apariencia exterior, sino que descubra lo hermoso
en el alma de mi prójimo y, así, pueda ir en su ayuda.
Ayúdame para que mis oídos sean misericordiosos, para que me incline
a las necesidades de mis prójimos, para que mis oídos sean indiferentes
a su dolor y su lamento.
Ayúdame para que mi lengua sea misericordiosa, para que nunca hable
mal del prójimo, sino que para cada uno tenga una palabra de consuelo
y de perdón.
Ayúdame para que mis manos sean misericordiosas para que sólo
realice buenas obras al prójimo y yo cargue con los trabajos difíciles y
pesados.
Ayúdame para que mis pies sean misericordiosos, para que siempre
ayude con prontitud al prójimo y pueda dominar mi propio cansancio.
Mi verdadero descanso es el servicio.
Ayúdame para que mi corazón sea misericordioso, para que sea sensible
a todos los dolores y que nunca le falle mi corazón al prójimo.
Que tu misericordia, mi Señor, descanse en mí”.
Amén. 

A San José

Glorioso san José, esposo de María,
ya que en tu vida tuviste la hermosa misión
de criar y educar al Hijo de Dios,
Jesucristo, nuestro Señor,
te pedimos que intercedas ante él
para que en nuestra familia
no falte el pan de cada día
y una buena armonía entre todos
los que vivimos en una misma casa.
Tú que tuviste la suerte de que Jesús y María
fueran los que cerraran tus ojos al morir,
concédenos una muerte en paz,
acompañados por los mismos
que tú tanto cuidaste y quisiste en esta tierra.

A Santa Ana y San Joaquín, abuelos de Jesús

Santa Ana, Ponemos en tus manos la alegría
y el gozo de la casa, nuestros nietos.
Preséntalos a tu Hija la Virgen,
para que ella les muestre siempre el camino,
la verdad y la vida que es Jesucristo.

Santa Ana, ponemos en tus manos
la ternura y el cariño de la casa,
las esposas y madres.
Enséñales a tener un hogar
donde todos quieran regresar temprano.

San Joaquín, esposo de Santa Ana,
padre de la Virgen y abuelo de Jesús.
Te presentamos a los esposos y padres.
Enséñales a nunca irse de la casa,
a ser la columna fuerte de la economía,
la rectitud y de la vida cristiana.

Santa Ana y San Joaquín, abuelos ejemplares
que supieron guiar a la Santísima Virgen
en la fe y la confianza en Dios.
También les presentamos a nuestros abuelos.
Enséñalos a saber guiar la fe
de sus nietos para que sepan serles fiel a Dios.

Santa Ana y San Joaquín, ponemos sus manos
a nuestra Iglesia, para que crezca en ella el espíritu misionero cumpliendo el mandato de Jesús de ir y proclamar el evangelio.

Que nuestra comunidad, permanezca siempre unida
en la paz y el amor fraterno. Que tengamos presente
que somos, hijos de Dios y hermanos de todos.
Y así mismo pedimos por los sacerdotes, para que permanezcan fieles a su ministerio, siendo siempre buenos pastores que sepan guiar a las comunidades imitando así en todo momento, a Jesús el Buen Pastor.
Todo esto lo pedimos, por Jesucristo nuestro Señor. Amén

¡Santa Ana y San Joaquín! ¡Ruega por nosotros!

A San Antonio de Padua

Acuérdate, san Antonio,
que tú siempre has ayudado y consolado
a quien te ha invocado en sus necesidades.
Animado(a) y lleno(a) de confianza,
también yo recurro a ti.
No rechaces mi oración
y ven en mi ayuda en la presente aflicción
y necesidad, (se presenta privadamente la petición)
y alcánzame la gracia que fervorosamente te pido, si es para bien de mi alma.
Bendice mi trabajo y mi familia;
aleja de nosotros las enfermedades
Y los peligros del alma y el cuerpo.
Haz que en la hora de la prueba permanezcamos
firmes en la fe y en el amor a Dios. Amén.


A San Lázaro, amigo de Jesús

¡Oh san Lázaro glorioso,
padre y protector de los que gimen!
Aquí estoy implorando tu protección y amparo
en esta hora de angustia en que te invoco
para que alivies esta difícil situación
en que me hallo.
San Lázaro bendito,
por el entrañable cariño que a Jesús le profesaste,
y por aquella santa amistad que te unió
al divino Maestro, intercede ante él para que
vuelva la tranquilidad a mi espíritu abatido.
Yo sé, padre amoroso,
que tu corazón es fuente de fortaleza y comprensión
para los que con fe te imploran
y, por eso, no dejarás de escuchar asta súplica
que te presento... (Hágase la petición).
¡Oh milagroso san Lázaro, esperanza de tus devotos!
derrama sobre mí el bálsamo espiritual que mitigue
esta pena que me aflige: te lo pido, igualmente,
por el amor de tus hermanas Marta y María.
San Lázaro, ejemplo de paciencia y de bondad,
por las veces que acompañaste al divino Redentor
para consuelo de su santísima Madre,
escúchame en este momento de dolor
y acoge benigno mis súplicas.
Oh misericordioso san Lázaro! no desoigas lo que en esta plegaria te expongo.
Te lo pido por la amistad que te unió, aquí en la tierra,
con Jesucristo nuestro Señor. Amén.


A San Lázaro, pobre y mendigo

Oh san Lázaro, que a pesar de tu pobreza y abandono, mereciste que Jesús fijara en ti su mirada y nos asegurara que estás para siempre con Dios en el cielo.
Tú viviste siempre abandonado de todos. Enfermo y hambriento, nadie te socorría. Sólo los perros venían a consolarte, lamiendo tus heridas.
Pero tuviste siempre un corazón bueno
y supiste poner tu confianza en Dios.
Por eso Jesús nos dijo que
has recibido el consuelo eterno
y como pobre has recibido el Reino
que a ellos pertenece.
Te pido que me ayudes
en esta situación que me aflige.
[Se hace la petición que se quiere presentar).
Ayúdame a confiar siempre en Dios Padre
y a entender que él siempre nos ama
y nos concede lo que más nos conviene,
aunque tal vez esto no coincida
con lo que te pedimos. Amén.


A San Luís Beltrán

Oh Señor, que por tu gracia glorificaste
a tu siervo san Luis Beltrán, incansable luchador
contra los males de este mundo, por lo cual
lo llaman el santo del temor de Dios.
Escucha las plegarias que, por medio suyo,
hoy a tí dirijo y concédeme lo que te suplico.
Y ya que tú quisiste que fuera
especial protector y amigo de los niños,
bendice y ayuda por su intercesión a...
para que consiga la paz y la tranquilidad
y sobre todo merezca un día llegar
a la gloria del cielo, prometido a tus hijos. Amén.


A San Martín de Porres

¡Oh san Martín de Porres,
padre mío, atiéndeme!
En mis penas y tribulaciones, consuélame.
En mis peligros y adversidades, defiéndeme.
En mis tristezas y tentaciones, protégeme. En mis dolencias y enfermedades, socórreme. Alcánzame la salud si me conviene y líbrame de cualquier mal de alma y cuerpo.
¡Oh benigno y compasivo padre mío, óyeme! En las angustias de mi pobreza, confórtame. En los quebrantos de mi infortunio, ayúdame. En mis agobios y desalientos, ampárame. Ahora y siempre, con tu ejemplo,
enséñame a tomar cada día mi cruz; y alcánzame la gracia divina y la gloria del cielo.
El gozo y la paz del alma, el mejoramiento y la santificación de la vida, nos conceda la misericordia de Dios por los méritos y súplicas de su fiel siervo san Martín. Amén.

A San Rafael

¡Oh Dios que a tus siervos Tobías y Juan de Dios diste por guardia y compañero al bienaventurado Arcángel San Rafael, concédenos a nosotros, tus siervos que seamos siempre defendidos por su patrocinio y favorecidos con su amparo!
Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.


A Santa Bárbara

Señor, te pedimos que por la intercesión de santa Bárbara,
modelo de fe y confianza en Dios, nuestra vida esté llena de fe, vivamos con paz y alegría como ella y nos entreguemos a hacer el bien
en medio de nuestras familias, vecinos y amigos.
En especial quiero pedirte por... y darte gracias por las cosas buenas que has realizado en mí.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


A Santa Marta

¡Oh gloriosa santa Marta! Tú que, cuando te hallaste sumamente angustiada, acudiste a Jesús, tu divino Maestro, y con toda humildad y confianza le suplicaste diciendo: "Señor, yo sé que todo lo que tú pidas a Dios te lo concede",
y Jesús te consoló y concedió lo que deseabas, dame en esta necesidad.
También yo me encuentro en estos momentos
sumamente afligido (a) por las necesidades
que padezco y las angustias que me oprimen,
y con toda humildad y confianza acudo a ti,
y te digo: "santa bendita, yo sé
que todo lo que tu pides a Jesús te lo concede". Hazle presente mis necesidades [se hace la súplica) e intercede con tu poder e influencia para que sea yo atendido (a) en mis súplicas.
Espero, oh santa Marta!
que atenderás favorablemente mi petición
y contaré siempre tus bondades en la tierra. Amén.


A Santa Rita de Casia

¡Gloriosa Santa Rita! Humilde sierva del Señor. Proclamada como abogada de lo imposible y de los casos desesperados, porque todo lo que le presentas al Señor te lo concede si es para nuestro bien.
Santa Rita, tú nos enseñaste a sentir la Pasión de nuestro Señor y nos mostraste que el perdón es el mejor mérito de nuestra vida cristiana, ayúdanos a mantenernos fieles a Jesús
y a vivir como hermanos de todos.
Conociendo tu vida, me hace invocarte con plena confianza
y esperanza para que intercedas por:

(Se dice las intenciones que se quieren alcanzar)

Ahora que te he presentado mis inquietudes y súplicas,
ruega a Dios a mi favor si es para bien, ya que tú alcanzas
de Él toda gracia.
Se benigna como lo has sido con tantos que te han invocado
y han obtenido sus favores por tu intersección ante Dios.
¡Oh bendita Santa Rita de Casia!
abogada de los necesitados y de las cosas imposibles.
acompáñame siempre, guía mis pasos y se mi protectora.
Te presento a mi comunidad para que permanezcamos
unidos en el amor y seamos anunciadores del Evangelio.
Cuida de nuestro pueblo de Sola que está bajo tu protección como patrona nuestra, que aquí reine la armonía en los hogares y los niños y jóvenes crezcan siendo honrados, virtuosos y llenos de fe.
Gracias Santa Rita, por presentarle a Dios nuestras necesidades.
Gracias por tu vida, que ha sido ejemplo para que
sigamos a Cristo como único salvador y Señor nuestro.
Amén.

A Santa Teresita del Niño Jesús

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
yo te agradezco todos los favores
y. todas las gracias con que enriqueciste el alma
de tu sierva Teresita del Niño Jesús
durante los veinticuatro años que pasó en la tierra.
Por los méritos de tan querida santita, concédeme la gracia que ardientemente te pido, si fuera conforme a tu santísima voluntad y para bien de mi alma. Amén. Santa Teresita del Niño Jesús, ¡ruega por nosotros.1
Te rogamos, por su intercesión, nos ayudes a soportar con valentía todas las adversidades de la vida, nos libres del egoísmo y de todo mal espiritual y material.
Llévanos por el camino de la vida
conducidos por san Cristóbal,
firmes en la confesión de nuestra fe
y generosos para servir a nuestros hermanos,
para que al fin de nuestro viaje
lleguemos felices a tu encuentro. Amén.

A Santa Ana

Santa Ana,
Ponemos en tus manos la alegría
y el gozo de la casa, nuestros nietos.
Preséntalos a tu Hija la Virgen, para que ella les muestre siempre el camino, la verdad y la vida que es Jesucristo.

Santa Ana, ponemos en tus manos
la ternura y el cariño de la casa, las esposas y madres. Enséñales a tener un hogar donde todos quieran regresar temprano.

San Joaquín, esposo de Santa Ana,
padre de la Virgen y abuelo de Jesús.
Te presentamos a los esposos y padres. Enséñales a nunca irse de la casa, a ser la columna fuerte de la economía, la rectitud
y de la vida cristiana.

Santa Ana y San Joaquín, abuelos ejemplares que supieron guiar a la Santísima Virgen en la fe y la confianza en Dios. También les presentamos a nuestros abuelos. Enséñalos a saber guiar la fe de sus nietos y a serles fiel a Dios.

Santa Ana y San Joaquín, ponemos sus manos a nuestra Comunidad. Enséñanos a ser como lo que somos, hijos de Dios y hermanos de todos.
Todo esto lo pedimos, por Jesucristo nuestro Señor.
Amén




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