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- Escrito por Neidys Hernández Avila
- Categoría: NOTICIAS
- Publicado el 26 Enero 2016
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Basílica Menor de Nuestra Señora de la Candelaria, Arquidiócesis de Camagüey, 26 de ene.- El segundo día del novenario a la patrona de Camagüey estuvo dedicado a los misioneros como luz enseñando a otros el Evangelio de Cristo. Pero también en ese día, hace 44 años nuestro arzobispo fue ordenado sacerdote.
La alegría de los fieles se manifestó en la celebración de la Eucaristía a las 8:00 p.m. en la catedral camagüeyana, donde estuvieron presentes de todas las parroquias de la ciudad y de Florida, que llegaron justo a tiempo a pesar del frio.
Concelebraron con Mons. Juan los padres José Bastián y Castor Álvarez, el primero párroco de la catedral y el segundo director nacional de Obras Misionales Pontificias y asesor de misiones en la arquidiócesis.
Los laicos misioneros animaron la eucaristía, las moniciones, las lecturas, las peticiones y los regalos al arzobispo.
En la homilía, monseñor animó a todos los presentes a seguir el ejemplo de san Pablo, que a pesar de ser primero perseguidor de cristianos, luego de su conversión fue uno de los primeros como predicador, misionero y apóstol. Propuso que cada uno de los presentes fuera luz del Evangelio para llevarlo a todos los hermanos, creyentes o no; miembros de las familias, vecinos o compañeros de trabajo; al bodeguero; al enfermo; al preso; en fin, a todos. También enfatizó el testimonio de cada uno de los misioneros.
Al finalizar la Eucaristía los presentes rezaron, con mucha devoción, una oración dedicada a Monseñor Juan, especialmente hecha para la ocasión:
Te damos gracias Dios, Padre Nuestro, por el regalo de la persona de monseñor Juan de la Caridad García Rodríguez, sacerdote 44 años y obispo 18 años.
Te damos gracias Señor porque como a San Pablo, lo elegiste para que proclame tu Buena Noticia al pueblo de Camagüey, que has confiado en sus manos. Bendícelo y llénalo de tu Santo Espíritu.
Te damos gracia, Jesús porque tú siempre caminas junto a él. Ayúdalo para que en todo momento su corazón se parezca al tuyo, y sea el pastor de ovejas que Tú sueñas que sea, lo confiamos a tu amor misericordioso.
Te damos gracias, Espíritu Santo, por darnos un Obispo misionero, que con sus creatividades, detalles y cartas, llega hasta los lugares más periféricos de su diócesis; animando a sus sacerdotes, religiosas y catequistas a ser fieles al Señor; a las embarazadas a cuidar con amor la vida que llevan en sus entrañas; a los médicos y enfermeras a cuidar con ternura a los enfermos; a los misioneros a ser testigos de la verdad; y a todos a abrir el corazón a la misericordia que Dios nos ofrece.
Santa María de la Caridad, Medre querida de Monseñor Juan, quien lleva tu nombre y a quien tanto ama e imita, él no deja pasar un día sin invocarte, alabarte y venerarte. Dale las fuerzas y gracias necesarias en la fuerte tarea que tu hijo le ha confiado y que la misericordia del Padre le acompañe siempre, para que siga anunciado a los más alejados y olvidados tu amor.
Amen.
Luego le entregaron sendos regalos y después la bendición final vinieron los abrazos, las felicitaciones y más bendiciones.
Fue una noche llena de emociones y sorpresas.
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