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Domingo, 13 de agosto de 2023. Escúchalo aquí

¡Muy buenos días a todos y feliz domingo! Es un gusto para mí compartir hoy los micrófonos con la religiosa dominicana Sierva de María, Sor Milquella de los Santos. Comenzamos nuestro encuentro dominical haciendo la señal de la cruz: EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO. AMÉN. Que la alegría y la paz de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes. Y CON TU ESPÍRITU. Con el canto, damos alabanzas a nuestro Dios

CANTO: Hoy te quiero cantar (3.44)

Queridos hijos e hijas: Hemos cantado este bello canto a la Virgen porque pasado mañana, martes 15 de agosto, la Iglesia celebrará la fiesta de la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma a los cielos, y he querido adelantarme dos días para poder celebrarla juntos. Escuchemos este pedazo del Evangelio en el que se nos narra la visita de la Virgen María a su prima Isabel.

 

 

LECTURA DEL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS, capítulo 1, versículos del 39 al 56 “Por aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a una ciudad de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y cuando Isabel oyó el saludo de María, el niño saltó en su seno. Entonces Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó a grandes voces: ‘Bendita tú entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Porque en cuanto oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú que has creído! Porque lo que te ha dicho el Señor, se cumplirá’. Entonces María dijo:
‘Proclama mi alma la grandeza del Señor, y se alegra mi espíritu en Dios mi salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí cosas grandes el Poderoso. Su nombre es santo, y su misericordia es eterna con aquellos que le honran. Actuó con la fuerza de su brazo y dispersó a los hombres de corazón soberbio. Derribó de su trono a los poderosos y engrandeció a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos, y a los ricos los despidió sin nada. Tomó de la mano a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abrahám y de sus descendientes para siempre’. María estuvo con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa”.

PALABRA DEL SEÑOR. GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS

 


 

 

¿Qué nos dice el Evangelio? Queridos oyentes: La Virgen María fue una mujer de nuestra raza. María no fue un ser superior venido de otro planeta ni una criatura sobrenatural bajada del cielo. La Biblia nos presenta a María con todas las características de su feminidad y de su maternidad en unas circunstancias históricas concretas, a veces marcadas por el dolor, a veces por el gozo.

 El evangelio que acabamos de escuchar, nos presenta el encuentro de dos mujeres, María e Isabel, pero la atención se concentra en los hijos que una y otra llevan en su seno.

 María aparece yendo apresuradamente a encontrarse con su prima Isabel, una anciana embarazada. El evangelio que hoy escuchamos nos dice que María caminó “aprisa” los 150 kilómetros que la separaban de Isabel. Reflexionando sobre este hecho, ¿cómo no pensar en lo “aprisa” que vino María a esta tierra cubana?Es la prisa del amor la que conduce a María. Su intención es servir y compartir con todos la alegría de su hijo Jesús.

 Isabel, al recibir el saludo de María, ensalza a María con unas expresiones increíbles. Le dice: “Bendita tú entre todas las mujeres”, un superlativo que quiere decir: eres una gran mujer, una supermujer. También le dice: “Bendito el fruto de tu vientre”, que se refiere al hijo que debía dar a luz. La reconoce como “Madre de mi Señor”, del Señor Jesús: es una confesión de fe de Isabel y de los primeros cristianos. Y el saludo de Isabel termina con “Dichosa tú que has creído”: la grandeza de María radica en su fe y su confianza en Dios. Si nosotros confiamos en su Palabra, como María, Él también hará en nosotros cosas grandes. Ante estas palabras de Isabel, María responde con un canto de alabanza: “Proclama mi alma la grandeza del Señor”. Ella hace la opción de la alabanza. Ella toma conciencia de que el eje de su vida está en Dios. La alabanza le ayuda a centrar su vida en Dios. Nosotros estamos llamados también a centrar nuestra vida en Dios y a vivir en la alabanza. Y María continúa diciendo:“Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva”. María se alegra porque se siente mirada, amada por Dios y percibe la mirada de misericordia que Dios tiene sobre todo ser humano. ¡Si todos los hombres se dejaran mirar y amar por Dios! Allí está la razón de nuestra alegría: saber que Dios nos ama. De esta experiencia de sentirse mirada, amada por Dios, brota la alabanza en María.

 El 15 de agosto, como dije anteriormente, la Iglesia celebrará la glorificación en cuerpo y alma alos cielos de la Virgen María. La fiesta de la Asunción será un día de alegría. Dios ha vencido. El amor ha vencido. Ha vencido la vida. Se ha puesto de manifiesto que el amor es más fuerte que la muerte. Según la enseñanza de la Iglesia, María entró en la gloria en cuerpo y alma, como enseñándonos que en Dios también hay lugar para el cuerpo. Esta fiesta de hoy nos recuerda que en el cielo tenemos una Madre. La Madre de Dios, la Madre del Hijo de Dios, es nuestra madre.

 María fue elevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo, y con Dios es reina del cielo y de la tierra. ¿Quiere esto decir que se ha alejado de nosotros? Al contrario. Precisamente al estar con Dios y en Dios, está muy cerca de cada uno de nosotros.Cuando estaba en la tierra sólo podía estar cerca de algunas personas. Al estar en Dios, que está cerca de nosotros, más aún, que está “dentro” de nosotros, María participa de esa cercanía de Dios.María está cerca de cada uno de nosotros, conoce nuestro corazón, puede escuchar nuestras oraciones, puede ayudarnos con su bondad materna.

 Santa Teresita del Niño Jesús escribió: “Siento que mi misión está a punto de empezar… Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra”. Con estas palabras ella descubrió, e hizo suya, sin saberlo, la vocación de María. La Virgen María de la Asunción pasa su cielo haciendo el bien en la tierra, y nosotros somos testigos de ello. Ella está tan cerca de Dios, que conviene que acudamos a ella en nuestras necesidades.

 Ojalá que todo cristiano, a ejemplo del discípulo Juan, acoja a María en su casa y le deje espacio en su vida diaria, reconociendo su misión providencial en el camino de la salvación. Ella nos lleva a Jesús. “A Jesús por María” repetimos muchas veces cuando nos visitó la imagen peregrina de la Virgen de la Caridad. Que el siguiente canto nos haga crecer en nuestro amor a la Virgen de la Caridad.

 Canto: Reina en el corazón del pueblo cubano


 

 

Algunas de las palabras que, hace 25 años, en Camagüey, el Papa San Juan Pablo II dirigiera a los jóvenes cubanos sobre la Virgen María. Queridos todos: Hace una semana terminó en Portugal la Jornada Mundial de los Jóvenes con el Papa Francisco. Damos gracias a Dios porque un buen número de jóvenes cubanos pudieron participar en ella. Pienso que sería bueno que hoy recordáramos algunas de las palabras que, hace 25 años, en Camagüey, el Papa San Juan Pablo II dirigiera a los jóvenes cubanos sobre la Virgen María. Le pido a Sor Milquella que ahora nos recuerde aquellas palabras del Papa santo:

 “Déjenme que les hable también de María, la joven que, robustecida por la palabra recibida de Dios y conservada en su corazón (cf. Lc 2, 9), venció el egoísmo y derrotó el mal. El amor la preparó para el servicio humilde y concreto hacia el prójimo. A Ella se dirige también hoy la Iglesia, y la invoca incesantemente como ayuda y modelo de caridad generosa. A Ella dirige su mirada la juventud de Cuba para encontrar un ejemplo de defensa y promoción de la vida, de ternura, de fortaleza en el dolor, de pureza en el vivir y de alegría sana. Confíen a María sus corazones, queridos muchachos y muchachas, ustedes que son el presente y el futuro de estas comunidades cristianas, tan probadas a lo largo de los años. No se separen nunca de María y caminen junto a ella. Así serán santos, porque reflejándose en Ella y confortados por su auxilio, acogerán la palabra de la promesa, la custodiarán celosamente en su interior y serán los heraldos de una nueva evangelización para una sociedad también nueva, la Cuba de la reconciliación y del amor. Queridos jóvenes, la Iglesia confía en Ustedes y cuenta con Ustedes.” 


 

 

“Bendita tú entre todas las mujeres” ...y más de lo que la Biblia dice de María ¿Y por qué es la bendita entre todas? Porque Dios la escogió. La Biblia nos enseña que ella fue la escogida por Dios Padre para ser la Madre de Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre. Y que fue escogida por ser la “llena de gracia” o sea porque cumplía los mandamientos de Dios y se consideraba la esclava del Señor (Lc. 1, 38)
  1. Ella fue la que pudiendo decirle no a Dios, le dijo que sí y dio a luz a Jesucristo, único y verdadero Dios (Lc. 1, 38)
  2. Ella fue la que, sin amarguras ni protestas, dio a luz a su Hijo Jesucristo en un lugar más propio de animales que de personas y se vio obligada a tener que usar un pesebre como cuna (Lc. 2, 7)
  3. Ella fue quien, para salvar a su Hijo de las garras del rey Herodes, huyó a Egipto confiada siempre en que Dios nunca deja abandonados a sus hijos (Mt. 2, 13)
  4. Ella fue quien presentó a Jesucristo en el Templo, delante de Dios Padre, y allí nos fue mostrado como luz de las naciones (Lc. 2, 27)
  5. Ella fue quien vio crecer a su Hijo Jesucristo en edad, sabiduría y gracia ante Dios y los hombres (Lc. 2, 40)
  6. Ella, porque no es Dios, supo pedir un milagro a su Hijo Jesucristo para salvar una boda que se celebraba
  7. Ella fue quien, en el momento malo supo estar de pie junto a la cruz de su Hijo, perdonando a los que lo mataban y recibiendo al discípulo Juan, y con él a nosotros como a hijos (Jn. 19, 25-27)
  8. Ella fue también quien vio a su Hijo resucitado y mantuvo unidos a los apóstoles para rogar la venida del Espíritu Santo sobre la Iglesia naciente (Hech. 1, 14)
Ella es la que fue llevada a los cielos. Hoy celebramos la fiesta del primer ser humano que, después de Cristo, experimentó la victoria total sobre la muerte, también corporalmente. El motivo de este privilegio se formula muy bien en una de las oraciones de la Misa en la fiesta de la Asunción:“con razón no quisiste, Señor, que conociera la corrupción del sepulcro la mujer que, por obra del Espíritu, concibió en su seno al autor de la vida, Jesucristo”.
  • Ella es ahora quien, como escuchamos antes, pasa su cielo haciendo el bien en la tierra. Y desde allí ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 


 

 

LA PREGUNTA DE HOY ¿En qué parte de la Biblia es donde se habla de “un gigante con pies de barro”? ¿Podrían explicar su enseñanza?

 Querida oyente: Es en el libro del profeta Daniel, capítulo 2, versículos del 30 al 35, donde se habla del “gigante con los pies de barro”. El Rey Nabucodonosor había tenido un sueño que lo dejó intranquilo hasta el punto de no dejarlo dormir, pero no podía recordarlo bien. Convocó a magos, adivinos, hechiceros y astrólogospero nada pudieron hacer. Fue el profeta Daniel quien, con la ayuda de Dios, conoció el sueño y su interpretación. Precisa la Biblia que estando Daniel ya en presencia del Rey, le dijo: “Dios me ha revelado este misterio para que pueda explicar tu sueño y hacerte comprender lo que ha pasado por tu mente. Tú veías una estatua enorme, de extraordinario brillo y aspecto terrible, que se levantaba delante de ti. La cabeza de esta estatua era de oro puro, el pecho y los brazos de plata, las caderas y el vientre de bronce, las piernas de hierro, los pies parte de hierro y parte de barro. Tú estabas mirando la estatua cuando de repente una piedra no lanzada por mano de hombre vino a chocar contra los pies de hierro y barro de la estatua, haciéndola pedazos. Entonces todo se vino abajo: el oro, la plata, el bronce, el hierro y el barro quedaron como polvo que el viento se lo llevó sin que dejaran rastro”.

 Los estudiosos de la Biblia, interpretan el sueño como un aviso de la destrucción de los sucesivos reinos, comenzando por el del propio Nabucodonosor, y la llegada de un reino, suscitado por “el Dios del cielo que permanecerá para siempre”. Es una profecía de la llegada de Jesucristo, el Mesías de Dios, y su reinado universal.

 Pero también en la historia de esta estatua estamos presentes cada uno de nosotros, porque aunque tengamos una inteligencia “de oro” para conocer a Dios, y un corazón “de plata” para amar a nuestro prójimo, y una voluntad “de hierro” para no dejarnos vencer por las diarias dificultades… los pies los tendremos siempre de barro…San Agustín, que conocía por propia experiencia la fuerza del pecado que hace caer al suelo y volverlo todo polvo, escribió lo siguiente: “No hay pecado ni crimen cometido por otro hombre que yo no sea capaz de cometer por razón de mi fragilidad, y si aún no lo he cometido es porque Dios, en su misericordia, no lo ha permitido y me ha preservado del mal”.

 En nuestras relaciones con Dios y nuestros semejantes, no deberíamos ignorar nuestra frágil condición humana. Nuestras virtudes, nuestras buenas obras, nuestra inteligencia, nuestros logros… en fin, “nuestro oro, plata, bronce y hierro” pueden hacernos olvidar que tenemos los pies de barro y que, como también enseña la Biblia, “somos polvo y en polvo nos convertiremos” (Génesis 3, 19). Si vivimos esta realidad diariamente comprenderemos, además, a los que, por su debilidad han caído en pecado. Y cuando nos parezca que hay en nosotros más barro que oro y plata, busquemos nuevamente el Libro de los libros, la Biblia, y leamos el testimonio de San Pablo en su segunda carta a los Corintios capítulo 12, versículos 9 y 10, que dicen: “Muy a gusto presumo de mis debilidades porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Por eso vivo contento en medio de las dificultades, humillaciones, necesidades, angustias y persecuciones sufridas por Cristo, porque cuando me siento débil, entonces soy fuerte”. La fuerza para vencer su debilidad, San Pablo la encontró en la fuerza de Dios. Hagamos nosotros lo mismo.


 

 

    PADERE NUESTRO

Queridos todos: Los invito a rezar ahora nuestra oración dominical:

Padre nuestro que estás en el Cielo
santificado sea tu Nombre
venga a nosotros tu Reino
hágase tu voluntad
en la tierra como en el Cielo
danos hoy nuestro pan de cada día
perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden
no nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.

Amén.


 

 

    AVEMARÍA Y no nos olvidamos de invocar también a nuestra Madre del Cielo:

Dios te salve María
llena eres de Gracia
el Señor es contigo
Bendita tú eres entre todas las mujeres
y Bendito es el fruto de tu vientre: Jesús.
Santa María Madre de Dios
ruega por nosotros pecadore
ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén.


 

 

    DESPEDIDA Queridos todos: Termino nuestro encuentro dominical impartiéndoles a todos la bendición de Dios. Bendición que llegue también a cada familia, a los que sufren, a los que se sienten abandonados, a los que tienen familiares en prisión o viajando, a los que están enfermos y a los que andan buscando a Dios con sincero corazón. Inclinen, por favor, sus cabezas y respondan a cada invocación rezando la palabra AMÉN.

 Jesucristo, el Señor, esté siempre a su lado para defenderlos. AMÉN.

Que él vaya delante de ustedes para guiarlos y detrás de ustedes para protegerlos. AMÉN.

Que él vele por ustedes y los sostenga. AMÉN.

Y que la bendición de Dios Todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes, sus familiares y vecinos, y los acompañe hoy y siempre. AMÉN.

 

Les recuerdo que, con el favor de Dios, nos volveremos a encontrar el próximo domingo, a las 9 de la mañana, por esta Emisora Provincial.

 

¡QUE TENGAN UNA BUENA SEMANA!

 

Canto: Gracias, Madre (2.99)

 

 

 

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